En el cuerpo humano, el tracto digestivo es un órgano crucial para la transformación de los nutrientes y para el buen funcionamiento del sistema inmunitario.
El intestino humano no es un órgano estéril, sino que alberga a un conjunto de microorganismos (la mayoría bacterias, pero también: levaduras, virus y otros) denominados flora intestinal o microbiota intestinal. La microbiota es considerada beneficiosa porque contribuye al buen estado de salud del tracto gastrointestinal y del organismo en general.
Los cambios en la alimentación, en los horarios o en las horas de sueño pueden resultar habituales cuando viajamos y ejercen una gran influencia en la microbiota intestinal, pudiendo provocar modificaciones que pueden alterarla. Cuando se produce un desequilibrio en este ecosistema microbiano, también llamado disbiosis, pueden aparecer molestias gastrointestinales como diarreas, estreñimiento o dolor abdominal, que pueden afectar a nuestros planes y actividades.
Es por ello que, cuando se prevén cambios alimentarios o cambios de rutinas y horarios, especialmente cuando se viaja, o mejor aún antes de iniciar un viaje, es esencial asegurar un buen equilibrio de la microbiota intestinal, que es vital para nuestra salud y bienestar.
